11 Cuando llegaron al rey noticias de lo sucedido, sacó la conclusión
de que Judea se separaba; por eso regresó de Egipto, rabioso como
una
fiera, tomó la ciudad por las armas,
12 y ordenó a los soldados que hirieran sin compasión a los que
encontraran y que mataran a los que subiesen a los terrados de las casas.
13 Perecieron jóvenes y ancianos; fueron asesinados muchachos,
mujeres y niños, y degollaron a doncellas y niños de pecho.
14 En sólo tres días perecieron 80.000 personas, 40.000 en la refriega
y otros, en número no menor que el de las víctimas, fueron vendidos como
esclavos.
15 Antíoco, no contento con esto, se atrevió a penetrar en el Templo
más santo de toda la tierra, llevando como guía a Menelao, el traidor a las
leyes y a la patria.